BUDAPEST, Hungría — Los legisladores en Hungría aprobaron el martes una ley controvertida que tiene un impacto significativo en los docentes del país, desencadenando meses de protestas y huelgas por parte de profesores y estudiantes.

El proyecto de ley, respaldado por el partido gobernante Fidesz con un voto de 136-58 en línea con el partido, implica cambios sustanciales en la educación pública. Entre las medidas, se revoca el estatus de los docentes como empleados públicos, se incrementan las horas de trabajo semanales permitidas y se otorga la posibilidad de transferir a los educadores a otras escuelas que enfrentan escasez de profesores.

En respuesta a esta situación, estudiantes, sindicatos de profesores y simpatizantes llevaron a cabo una protesta durante todo el día frente al edificio del parlamento de Hungría en Budapest, mientras los legisladores debatían en el interior. Esta manifestación se suma a una serie de protestas que, en una ocasión, resultaron en la dispersión de estudiantes con gas lacrimógeno y golpes de goma.

Como símbolo de su preocupación por el futuro de la juventud de Hungría, los manifestantes utilizaron 100 kilogramos (220 libras) de hielo para formar la palabra JÖVŐ (futuro) en el suelo frente al parlamento.

Los sindicatos de profesores han expresado su preocupación, afirmando que miles de educadores abandonarán la profesión una vez que la ley sea promulgada. Además, sostienen que el proyecto de ley se elaboró sin una consulta adecuada con los sindicatos, lo cual ha generado una creciente insatisfacción entre los docentes.

Es importante destacar que los salarios de los educadores húngaros se encuentran entre los más bajos de la Unión Europea. Los críticos de la ley argumentan que esto provocará una disminución en el número de nuevos profesores que elijan la profesión y agravará la ya existente escasez de docentes en las escuelas húngaras.

El gobierno de Hungría, por su parte, sostiene que la nueva ley sienta las bases para aumentar los salarios de los docentes. Asimismo, ha culpado a una disputa con la Unión Europea, que ha retenido miles de millones de euros en fondos presupuestarios y de recuperación debido a preocupaciones sobre la democracia y el estado de derecho en el país, por su incapacidad para incrementar significativamente los salarios docentes.

Los profesores han calificado esta ley como una “ley de venganza”, argumentando que es una represalia por más de un año de huelgas, manifestaciones y actos de desobediencia civil en busca de salarios más altos y mejores condiciones de trabajo.

La aprobación de esta ley ha intensificado el conflicto entre el gobierno húngaro y los docentes, generando incertidumbre sobre el futuro de la educación en el país. A medida que las protestas continúan y la comunidad educativa expresa su descontento, queda por verse cómo evolucionará esta situación y qué medidas se tomarán para abordar las preocupaciones de los docentes y estudiantes.