Los estadounidenses mostraron mayor optimismo sobre la economía en agosto, según el informe del Conference Board, aunque persisten preocupaciones sobre el mercado laboral.
El informe del Conference Board que evalúa el movimiento de la economía en los Estados Unidos marcó un optimismo creciente sobre la economía para el mes de agosto aun cuando el mercado laboral sigue siendo motivo de inquietud. El índice de confianza del consumidor del Conference Board subió a 103.3, una mejora respecto a la cifra revisada de julio, que se ajustó al alza a 101.9.
Dana Peterson, economista jefe de la organización empresarial, señaló que “los consumidores continuaron expresando sentimientos mixtos en agosto”, destacando un mayor positivismo sobre las condiciones comerciales, tanto actuales como futuras, pero también un aumento en la preocupación por el mercado laboral.
A pesar de este aumento en la confianza general, el informe muestra un pesimismo creciente sobre la situación laboral, influenciado por un reciente incremento en el desempleo. Los consumidores también se mostraron ligeramente menos optimistas respecto a sus ingresos futuros.
Este informe se presenta en un momento crucial para la economía, ya que la Reserva Federal se prepara para reducir las tasas de interés en su próxima reunión, mientras la campaña presidencial de 2024 cobra fuerza, con la economía como tema central.
Además, el informe revela diferencias en la confianza según la edad e ingresos. Mientras que los consumidores menores de 35 años y aquellos con ingresos inferiores a $25,000 mostraron una disminución en la confianza, los mayores de 35 años y quienes ganan más de $100,000 se mantuvieron como los más optimistas.
Las expectativas de inflación disminuyeron levemente, con una previsión de aumento de precios del 4.9% para el próximo año, aún por encima del nivel actual del 2.9%, pero al nivel más bajo desde marzo de 2020. En el mercado inmobiliario, el índice S&P CoreLogic Case Shiller alcanzó un nuevo máximo en junio, con un aumento anual del 5.4%, reflejando los desafíos continuos de altos precios y escasez de inventario.
Con la economía y la campaña electoral en una fase crítica, los próximos meses serán decisivos tanto para los consumidores como para los responsables políticos.
